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Los Ravens vuelven a tropezar, los Eagles sobreviven en modo campeón y otras sorpresas de Semana 3

En la NFL nada es sencillo, por muy buen equipo que seas o por muy flojo que supuestamente sea tu rival, un domingo cualquiera, cualquier rival te endosa un 30-0 y no pasas de la yarda 30 del campo rival en todo el partido –que se lo digan a Atlanta–; y por muy campeón que seas, si no estás fino de arranque, te puedes ver tres anotaciones por debajo frente al equipo que estuvo a punto de mandarte para casa en Playoffs –que se lo digan a los Eagles– o por muy favorito que seas, llega otro gran equipo a visitar tu campo y te domina por completo con el juego terrestre –que se lo digan a los Ravens–.

La diferencia en este caso fue que los Eagles sí fueron capaces de responder al reto de verse muy por detrás en el marcador mientras los Falcons se diluyeron en su previsibilidad ofensiva y fueron borrados del campo por los Panthers y los Ravens no encontraron respuestas en su defensa para el poderío de los Lions. Y hablando de borrar rivales, hasta cuatro equipos pasaron de 40 en sus victorias y una gran sorpresa se produjo en Cleveland, con los entonados Packers (entonados hasta este pasado domingo) siendo derrotados por unos Browns con una defensa imponente. En la NFL nada es sencillo y un domingo cualquiera, cualquier rival puede superarte.

Baltimore Ravens tight end Mark Andrews (89) scores a touchdown against the Detroit Lions during an NFL football game, Monday, Sept. 22, 2025, in Baltimore. (Cooper Neill via AP)

LOS RAVENS SON MUY BUENOS PERO SE PONEN 1-2 ANTES DE VISITAR A LOS CHIEFS

Los Ravens son muy buenos, eso es innegable, tienen uno de los mejores rosters de la NFL, a uno de los mejores QB, a uno de los mejores RBs… pero en los dos duelos de nivel que han tenido hasta el momento esta temporada, Bills y Lions, han acabado siendo superados. Los Ravens son muy buenos, pero cualquiera les corre y la manera en la que la OL de Lions fue capaz de manipular a la Línea Defensiva de Baltimore fue preocupante. Ahí se puede argumentar que faltaba Madubuike, que es uno de los mejores DT de la NFL y es cierto, lo que es mucho más preocupante es lo que sucede con los LBs. Cada vez que Montgomery o Gibbs pasaban del primer nivel en sus acarreos, siempre sacaban algo extra en el segundo y a veces hasta en el tercer nivel. Lo del segundo LB de la defensa de Ravens es un problema pero lo que no vimos venir fue el partido de Roquan Smith. Estamos hablando de una estrella de la liga y la noche del lunes no lo pareció. Cada vez que le ponían las manos encima en el juego de carrera se quedaba petrificado, varias veces leyó mal los gaps permitiendo espacio a los RBs para ganancias extra, falló placajes y en cobertura en campo abierto permitió que check downs a RBs de pocas yardas se convirtieran en primeros downs y fue superado por TEs que consiguieron separación frente a su marca para lograr recepciones. A Roquan hay que pedirle el standard de LB1 de la NFL, el standard Fred Warner, el nivel que está mostrando, por ejemplo Daiyan Henley en los Chargers y en Monday Night Football no vimos nada de eso.

Y en ataque, donde la preocupación debería ser menor, los siete sacks encajados por Lamar Jackson llaman poderosamente la atención. Porque se podría culpar a la OL –y en parte sí— pero los más de seis segundos de media que necesitaron los Lions para conseguir ese sacks hablan de un Lamar reteniendo el balón más de la cuenta. El mérito de la defensa de Detroit fue retenerle en el pocket, cerrarle sus vías de escape y ahí fue cuando Jackson se aferró demasiado al balón y fue capturado en siete ocasiones, igualando la mayor marca de su carrera. Pero es que además soltó un balón en la Red Zone y Brian Branch le perdonó una intercepción cantada. Aunque es capaz de producir mucho, no fue su mejor noche. Esa misma afirmación vale también para el arranque de temporada de Derrick Henry, es capaz de producir mucho pero no ha sido su mejor comienzo de año en la NFL, soltando tres balones en tres partidos, con dos de esos fumbles sucediendo en sendos cuartos cuartos cuando el partido estaba en la hora de la verdad.

La pregunta entonces es, ¿hay que preocuparse de verdad por los Ravens? Si hablamos como equipo de Playoffs, no. Si miramos las tablas de eficiencia colectiva, en ataque solo están por detrás de Bills, Colts y Lions; si miramos la defensiva… la película cambia porque están en el fondo de la clasificación y contra la carrera son directamente los peores. Si les juzgamos como equipo élite de la NFL cuya aspiración es el anillo, entonces sí hay que preocuparse, dos citas contra dos equipos top y dos derrotas con 41 y 38 puntos encajados. Si de los Chiefs el relato está hablando con mucha preocupación y están 1-2, entiendo que el 1-2 de Ravens nos tiene que llevar a algo parecido… Y este próximo domingo ambos equipos se enfrentan en lo que va a ser un duelo de necesitados y que va a dejar muy tocado al que no pueda sumar la victoria.

Con los Lions la película es distinta, tras su derrota en Green Bay para arrancar la temporada, se encendieron más alarmas de las debidas, se cuestionó su capacidad sin sus antiguos coordinadores y en dos semanas todas esas dudas han quedado disipadas con 52 puntos frente a Chicago y 38 en casa de los Ravens. La primera victoria se puede pensar que es demérito del rival a pesar de los siete touchdowns anotados, pero en esta ocasión la victoria ante Ravens es una declaración de intenciones. La manera en la que está funcionando el ataque es lo que de verdad inspira mucha confianza pero la actuación de la defensa en Baltimore es de verdad para ilusionarse.

Montgomery hizo uno de los mejores partidos de su carrera y Gibbs sigue produciendo por tierra y por aire, ambos sumaron dos TDs por cabeza. Goff jugó a un grandísimo nivel y, lo mejor, la OL dominó como quiso las trincheras, abriendo autopistas para la carrera y dejando a Goff intacto, sin encajar ningún sack, mientras al otro lado Lamar recibía un festival de capturas.

Philadelphia Eagles wide receiver AJ. Brown looks on between plays during the second half of an NFL football game against the Los Angeles Rams, Sunday, Sept. 21, 2025, in Philadelphia. (AP Photo/Terrance Williams)

LOS EAGLES RENACEN DE SUS CENIZAS

Los Eagles tuvieron que afrontar el primer gran reto de la temporada después no necesitar más que su versión más conservadora para superar a Cowboys y Chiefs sin correr ningún riesgo. Esa propuesta, que es con la que partieron de inicio contra Rams, chocó con un muro que sabía perfectamente lo que iban a hacer y tenía el antídoto para anularlo. Si los Eagles iban a conformarse con juego de carrera y pases underneath para ir avanzando, el equipo de Los Ángeles tenía una defensa preparada para eliminar el juego terrestre y llegar hasta Hurts mientras este no testara la secundaria angelina. Además, una lesión en el cuello de Lane Johnson complicó aún más las cosas porque cuando entró en su lugar Matt Pryor, Chris Shula –el coordinador defensivo de los Rams– decidió atacar pero ese lado derecho y logró afectar al QB de los Eagles, provocando incluso un strip sack que aún complicaba más las cosas para una ofensiva de Philadelphia falta de ideas y de recursos.

Mientras, el ataque de los Rams conseguía abrir brecha con el juego de carrera y Stafford encontraba a Puka Nacua y Davante Adams para estirar el marcador hasta las tres anotaciones de ventaja.

El partido parecía ganado. De hecho, un par de detalles –como los dos field goals bloqueados– habrían bastado para sellar el triunfo y ahora mismo estaríamos hablando de los Rams con un 3-0 y como el principal candidato a desbancar a Eagles en la Nacional. Pero… se les escapó el partido. Y si algo se les puede achacar a los Rams, al margen de lo que los Eagles fueron capaces de ofrecer, fue la poca eficacia en Red Zone pero sobre todo una gestión de partido demasiado conservadora por parte de McVay. El Head Coach angelino se dejó carne en el hueso en varias cuartas oportunidades que se presentaban asequibles y se conformó, tratando de nadar y guardar la ropa… pero esa estrategía se le acabó volviendo en su contra.

¿Pero cómo remontaron los Eagles? ¿Qué cambió? La respuesta, en dos palabras: AJ Brown. Evidentemente, no fue sólo él, pero su irrupción –más bien el hecho de que el ataque de Eagles comenzara a ser más agresivo y a buscarle– acabó decantando la balanza del lado del campeón. La superioridad física del número 11 de los Eagles sobre todos y cada uno de los CBs de los Rams fue realmente un abuso. Ni Forbes, ni Darious Williams, ni Cobie Durant pudieron contenerle… Pero es que AJ Brown es mucho más grande y fuerte que estos defensores e hizo valer esa supremacía sobre ellos.

Otro detalle importante, la entrada de Fred Johnson en el Tackle derecho a cambio de Pryor. El que ya fuera jugador la temporada pasada de Eagles, recién llegado de vuelta (y cuyo papel en teoría era como suplente por el lado izquierdo) sirvió para ajustar la OL y proteger lo suficiente a Hurts para que este tuviera tiempo a que las rutas de sus receptores se desarrollaran y pudiera atacar de manera más agresiva. Y vaya si lo hizo, con mucho acierto además.

La guinda la puso la patada bloqueada por Jordan Davis, que se recorrió el campo entero para acabar anotando un touchdown que certificó la victoria y sirvió de catarsis para unos Eagles (y su afición) que lo habían visto muy complicado pero que, a la vez, tienen ese carácter indómito y de nunca rendirse que les permitió darle la vuelta un partido que pintaba imposible. Por eso son el vigente campeón.

Cleveland Browns defensive end Myles Garrett (95) warms up before an NFL football game against the Green Bay Packers, Sunday, Sept. 21, 2025, in Cleveland. (AP Photo/Kareem Elgazzar)

¿QUÉ PASÓ CON LOS PACKERS?

Cualquiera que no haya visto el partido se tiene que sentir muy sorprendido por la derrota de los Green Bay Packers en Cleveland, pero una vez visto lo que sucedió en el estadio de los Browns, aunque improbable, resulta entendible que se produjera esta gran sorpresa. Y es sorprendente porque Green Bay había sido el mejor equipo tanto en ataque como en defensa de toda la NFL en las dos primeras jornadas, pero en esta ocasión fue completamente dominado por la defensa de Cleveland. Y lo hizo en todas las facetas porque cuando se junta un Front7 que anula las virtudes del QB rival y borra la carrera y esto se suma a una secundaria que no permitió a ni uno solo de los receptores de Packers conseguir ventajas o separación, entonces se produce la tormenta perfecta.

Las dos mayores virtudes de Jordan Love son la capacidad de crear jugadas explosivas y la de evitar sacks. Pues ni la una ni la otra. Cuando Love de media tiene más de 10 intentos por partido de pases que vuelan más de 10 yardas, en este partido solo pudo lanzar uno y si normalmente es capaz de evitar sacks, aquí encajó hasta cinco –igualando el tope de su carrera y recibiendo la mayor media de presiones por dropback desde que juega en la NFL–. La defensa de Brown determinó el partido.

Y en la secundaría, que cerró todas las puertas durante todo el partido, hubo un detalle que habla de lo que es capaz esta defensa. A Jim Schwartz normalmente le gusta jugar mucho con defensa individual y single high pero para este partido supo pivotar y ofrecer un menú de coberturas mucho más variado. Esto, que puede parecer un detalle sin importancia, salió a relucir en la jugada clave del partido: la intercepción de Grant Delpit que, a la postre, supuso la victoria para Browns. En esta jugada, una tercera oportunidad y distancia intermedia que recorrer (ni corto, ni largo), los Packers tienen una jugada a la que suelen recurrir tradicionalmente y que siempre les suele funcionar contra defensa individual. Se trata de tres receptores de un lado –formación trips– y los tres corren sendas slants –rutas cortas que rompen hacia el interior a los pocos pasos– confiando en que uno de los tres consiga ventaja y el QB lo lea con facilidad. Los Browns lo sabían y estaban preparados. Cleveland mostró, efectivamente, defensa individual con Grant Delpit, el safety, alineado con el receptor interior y cuando este cortó hacia adentro en su ruta, el defensor de Browns abandonó su cobertura para dejarle su marca a un LB y plantarse en zona anticipándose al lanzamiento de un Jordan Love que no lo vio venir por ninguna parte. Fue un ajuste maestro que decantó el partido y selló la gran sorpresa de la jornada.

Seattle Seahawks quarterback Sam Darnold celebrates during an NFL football game against the New Orleans Saints, Sunday, Sept. 21, 2025, in Seattle. (AP Photo/Lindsey Wasson)

SUBEN EN LA SEMANA 3

Brian Flores: Clase maestra de defensa la que planteó el coordinador defensivo de los Vikings, que generó todo un infierno a la hora de que Jake Browning interpretara a lo que tenía que enfrentarse en cada snap. Hay una jugada que representa el epítome de la propuesta de Flores: La defensa de Vikings comienza pre-snap mostrando una Cover 0 con todos pegados a la línea de scrimmage mostrando que va a por el QB, enseguida rotan para transformar la formación defensiva en cobertura individual en single high (con un solo safety profundo), después de eso, aún les da tiempo a transformar la defensa en una Tampa 2 (Cover 2 con el LB cayendo por el centro si es una jugada de pase) y, por último, acabando en Cover 6 con Quarters de un lado y Cover 2 el otro. Cuatro formaciones distintas en poco más de diez segundos… como para no volver loco a un QB sin muchas horas de vuelo.

Shane Steichen: Hay que dar muchísimo mérito al entrenador de los Colts, la manera en la que está sacando lo mejor de Daniel Jones y de su ataque es diferencial y por eso están 3-0. Todo empieza desde un juego de carrera en el que la OL está abriendo los huecos y Jonathan Taylor está jugando como el mejor RB de la NFL en estos primeros partidos. Desde ahí, un porcentaje de play action por encima del 40% (el equipo que más lo usa de la liga), dejando a Daniel Jones en situaciones muy cómodas y ventajosas, que éste está aprovechando para firmar los mejores momentos de su carrera.

Sam Darnold: Muy cuestionado tras la primera derrota de los Seahawks, Darnold, acostumbrado a que esto siempre sea así en su carrera, ha respondido con dos partidos extraordinarios que le colocan entre los QBs más eficientes de la NFL en estas tres primeras semanas (solo por detrás de Josh Allen y Daniel Jones). Su actuación frente a los Saints fue un festival, potenciando las virtudes de un Jason Smith-Njigba en nivel super estrella y a un Tory Horton que se ha convertido en la revelación del ataque de Seattle.

BAJAN EN LA SEMANA 3

Atlanta Falcons: Son la mayor decepción de la jornada. Todo les salió mal. Aunque quizá lo que más pueda preocupar fue el nivel de un Michael Pennix sin recursos. La defensa de Panthers sabía perfectamente que al QB de los Falcons no le gusta pasar por el centro del campo y normalmente ataca por fuera de los números o toma checkdowns y screens. Los defensores estaban preparados para ello, se anticiparon y le dejaron sin respuesta. No es que Atlanta se quedara a cero, es que no fue capaz de cruzar la yarda 30 rival ni una sola vez en todo el partido.

Houston Texans: Un equipo absolutamente condicionado por el horrible nivel de su Línea Ofensiva, que ni es capaz de crear ventajas para la carrera ni de proteger a su QB. A este paso no va a quedar ni rastro del CJ Stroud que nos asombró en su entrada en la NFL, ese QB ambicioso, confiado, agresivo, con el autoestima por las nubes… se ha transformado en una sombra de sí mismo, ansioso, precipitado, tomando malas decisiones y generando malos hábitos. El proyecto de los Texans corre peligro esta temporada.